"Lo que representa una amenaza para Europa es librar una guerra fría contra Rusia y empujar a Rusia a los brazos de China, eso sí que es una amenaza", sostuvo en una entrevista a CBS News.
Las relaciones entre Moscú y Occidente empeoraron a raíz del conflicto interno en Ucrania y la reunificación de Crimea con Rusia, en virtud de un referendo en marzo de 2014 donde fue apoyada por un 97 por ciento de votantes.
Ese mismo año, EEUU, la UE y algunos países más aprobó varios paquetes de sanciones individuales y sectoriales contra Rusia, al acusarla de desestabilizar la situación en Ucrania.
Paralelamente, la Alianza sigue adelante con el emplazamiento de armas antimisiles estadounidenses en Europa.
Las autoridades rusas reiteraron en numerosas ocasiones que su país no es parte de la crisis ucraniana, ni tiene relación alguna con los sucesos en el sureste del país vecino.
El Kremlin y la Cancillería rusa también explicaron en más de una ocasión que la incorporación de Crimea fue una decisión de los habitantes de la península, que expresaron de forma democrática y en plena conformidad con el derecho internacional y la Carta de la ONU su voluntad de reunificarse con Rusia.