Actualmente, los republicanos son mayoría en la Cámara Alta del Congreso estadounidense, lo que posibilitó a la Administración Trump nombrar a Ross al cargo, incluso bajo la resistencia de la gran parte de los demócratas. No obstante, un grupo de la oposición decidió apoyar al candidato propuesto por la Casa Blanca, se explicó en un artículo publicado en el portal ruso Lenta.
Ross y Trump se conocen desde hace mucho tiempo. A principios de la década de 1990, cuando Ross trabajaba como banquero de inversiones para la familia Rothschild, fue designado como administrador de la campaña anticrisis de los casinos de Trump. En esa ocasión, Ross logró evitar que los establecimientos cayeran en bancarrota.
A finales de los años 1990, Ross creó su propia fundación y se convirtió en un inversor, más que un consejero de crisis. Al comienzo del nuevo milenio, muchas empresas del mercado de la tecnología se encontraban en una mala situación financiera, pero conservaban su potencial para el desarrollo. La vasta experiencia adquirida mientras trabajaba con los Rothschild permitió a Ross encontrar y reestructurar estas compañías para después venderlas en los próximos años. Desde entonces, Ross recibió el apodo de 'buitre' o 'el rey de las bancarrotas', debido a su interés por las empresas 'moribundas'.
La participación de Ross en la compra del banco chipriota dio lugar a una nueva ola de especulaciones acerca de los vínculos de la Administración Trump con Rusia, ya que el otro accionista del banco es el multimillonario ruso Víctor Vekselberg. Tanto Ross como representantes de Trump han negado estas acusaciones. El nuevo secretario de Comercio, sin embargo, afirmó estar dispuesto a vender su parte del banco, pese a que esto le supondrá una pérdida financiera.
Washington tiene una balanza comercial negativa desde hace décadas, el país importa productos que bien podrían ser producidos localmente. Después de la Segunda Guerra Mundial, además, Estados Unidos exportó grandes cantidades a varios países del mundo. Una de las principales tareas de Ross es regresar a esos buenos tiempos. El trabajo no es sencillo, pero la Administración Trump parece segura resolverlo, señaló el medio.