"Lo más importante es la simplicidad de nuestro enfoque, ya que nuestros medicamentos pueden ser creados con solo mezclar las soluciones de fermentos destilados con un polímero biocompatible. Se montan a través de las interacciones entre proteínas y polímeros", según comentó Alexandr Kabánov, líder del estudio.
Las armas químicas más tóxicas —capaces de matar a una persona en solo unos minutos— se clasifican como 'compuestos químicos fosforgánicos'. Fueron sintetizados en la Alemania nazi a finales de la década de 1930, pero solo empezaron a utilizarse a mediados del siglo XX, cuando la URSS y el Reino Unido desarrollaron los gases neurotóxicos VR y VX, respectivamente.
Las nanopartículas utilizadas por los científicos rusos fueron creadas por el equipo de Kabánov en los años 90, en EEUU. Constituyen cápsulas de moléculas de grasa u otros compuestos orgánicos rellenos de un medicamento que se transporta a un punto específico del organismo. Actualmente, este principio se usa en la quimioterapia para tratar tumores sin afectar el tejido sano.
Más: Científicos rusos crean 'nanogranadas' anti-cáncer
Esta vez, los químicos rusos crearon una enzima capaz de neutralizar sarín así como otras sustancias fosforgánicas. Este descubrimiento, denominado organofosfatogidrolaza, destruye activamente las moléculas de gases venenosos. Sin embargo, existe una desventaja: se basa en bacterias que son destruidas por el sistema inmunológico del organismo.
Además de esto, el antídoto se destruye en solo un mes debido a su inestable estructura química.
Durante el experimento, los científicos inyectaron a un grupo de ratones dosis letales de pesticida paraoxón y a un segundo grupo, dosis del gas VX. Todos los participantes del experimento recibieron las nanopartículas neutralizantes antes y después de la inyección letal. Los resultados son prometedores: el 80% de los ratones que recibieron las dosis mortales del gas nervioso sobrevivió. Asimismo, todos los roedores del grupo con pesticidas se mantuvieron con vida al final del experimento.
También te puede interesar: La 'Bestia' rusa que ataja los incendios en instalaciones nucleares
Los químicos aseguran que este invento puede ser utilizado en los humanos gracias a su simplicidad. Por ejemplo, podría haber salvado la vida de los cientos de civiles sirios que murieron durante los ataques con gas sarín en 2013. Además, puede ser usado para tratar a las personas envenenadas con plaguicidas.