"Nos hemos topado con obstáculos como la negativa de Pemex a entregarnos sus contratos con Odebrecht, y el lunes de esta semana nos comunicaron que han sido clasificados por tres años, mientras dura la investigación federal", dijo el autor de una pesquisa de MCII sobre el caso, ganador del premio nacional de periodismo en México en 2009.
Olmos añadió que "el contenido de uno de ellos será secreto por 20 años", en referencia a los contratos clasificados.
Olmos y Daniel Lizárraga —autor de la sonada investigación "La Casa Blanca de Peña Nieto"- comenzaron a solicitar a nombre de MCCI el acceso a los contratos de Pemex desde finales de 2016, cuando el departamento de Justicia de EEUU sacudió a Latinoamérica al revelar la sanción de 3.500 millones de dólares impuesta a la constructora brasileña por el pago de 788 millones de dólares en sobornos en una docena de países.
En busca de la pista del pago de 10,5 millones de dólares de Odebrecht a funcionarios del gobierno mexicano, entre ellos un alto cargo que recibió 6 millones de dólares, "hicimos solicitudes a la Unidad de Transparencia de Pemex desde noviembre del año pasado, primero nos dijeron que sí nos autorizaban tener acceso a los contratos y luego de dilaciones esta semana nos cerraron la puerta", relata Olmos.
Secretos incómodos
El lunes recién pasado, "Pemex nos notificó que declararon los contratos información clasificada por tres años, argumentando la protección de la investigación para no entorpecerla, es una negativa que vamos a apelar", adelantó el veterano periodista, quien se convirtió en 2014 el primer mexicano ganador del Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación, por su pesquisa sobre el imperio de los "Legionarios de Cristo".
"También nos negaron acceso a algunos contratos, como el caso del suministro del etanol para la planta petroquímica de Odebrecht llamada Grupo Etileno XXI, y solo nos ofrecieron una versión pública mutilada, donde están bloqueados durante 20 años los datos básicos del contrato, como el precio al cual Pemex vende la materia prima", prosigue Olmos.
La sospecha de los investigadores independientes del prestigioso organismo civil es que "el secreto se debe a que Pemex le dio a la empresa brasileña un trato preferencial a cambio del pago de sobornos".
El argumento de Pemex es que declara información reservada el precio de la materia prima que suministra a la planta localizada en Coatzacoalcos en las costas de Veracruz en el Golfo de México, "amparados en que el precio del gas etileno es un secreto industrial, que al ser divulgado podría afectar las operaciones de la empresa".
Sin embargo, el caso tendrá un impulso internacional cuando el departamento de Justicia de EEUU haga públicos los nombres y cargos de la red de sobornos de la empresa brasileña a finales de marzo o principios de abril, adelanta Olmos.
El dato preocupante es que México se coloca a así a la saga de las investigaciones en los 12 países involucrados, diez en América Latina y el Caribe, y eso será puesto de manifiesto —anticipa- en la "Plataforma Lava Jato en Latinoamérica", lanzado por el portal peruano especializado en periodismo de investigación "Convoca.pe".
"De todos los países involucrados, México es la excepción, porque no hay en concreto ningún funcionario público señalado por las autoridades como posible responsable, apenas ha sido abierta la investigación en forma genérica contra quien resulte responsable", lamenta el investigador.
Presidencia bajo sospecha
Las sospechas suben desde Pemex hacia la residencia presidencial de Los Pinos en México y se remonta la gestión del presidente Felipe Calderón, involucrados en la investigación del caso "Lava Jato", en Brasil, sobre los sobornos que la constructora brasilera repartió en América Latina.
También el presidente Enrique Peña Nieto se fotografió en Los Pinos con Marcelo Odebrecht, sentenciado en marzo del año pasado a 19 años de prisión por pago de sobornos.
Una de las evidencias que involucra a México es un correo electrónico entre dos ejecutivos de ese consorcio, Roberto Prisco Ramos y Alexandro Alencar, en el cual gestionaron una reunión entre Calderón y Lula da Silva como su estrategia de negocios con Pemex.
Este prueba ha sido considerada relevante por el juez brasileño, Sergio Moro, en una línea de investigación contra el expresidente Lula da Silva por presuntamente haberse prestado a los intereses de Odebrecht usando su investidura presidencial, dice una de las conclusiones de MCII.
El mensaje que menciona a Calderón está fechado el 8 de diciembre del año 2009, cuando cumplía tres años en Los Pinos.
En ese momento, Braskem una filial de grupo Odebrecht, considerada la empresa líder en América Latina en la división de petroquímica, tenía algo que festejar en México: "estaban por cerrar un negocio que le dejaría ventas estimadas en 2.000 millones de dólares anuales".
Sin embargo, para alcanzar esta meta requerían que Pemex les suministrara 66.000 barriles diarios de gas etano a "precios preferenciales", canalizados a una planta destinada a la fabricación de polietileno –un producto básico para la industrialización de plásticos- que se construiría Veracruz, de acuerdo con el contrato obtenido por Olmos y Lizárraga.
La obra que finalmente se levantó ahora es conocida como Etileno XXI y desde aquellos años el precio del gas etano es un secreto y así permanecerá por 20 años con posibilidad de prorrogarse por cinco más.
Esta historia secreta comenzó desde que Pemex le cedió a Braskem/Odebrecht y a la empresa mexicana IDESA la construcción de la planta Etileno XXI.
A cambio de esta inversión que generaría empleos, México dejaría de importar polietileno porque el mercado los controlaría ese consorcio ahora bajo investigación internacional de corrupción.