La operación se zanjó tras expulsar a cientos de personas, principalmente jóvenes colonos, que se congregaron en Ofra para evitar la evacuación.
Unos 1.500 policías participaron en la operación y al menos ocho de ellos resultaron levemente heridos en enfrentamientos con manifestantes.
Decenas de personas accedieron a irse de forma pacífica, pero otras opusieron resistencia y atacaron a las fuerzas de seguridad, igual que ocurrió hace unas semanas en el asentamiento de Amona, evacuado y demolido en su totalidad por orden del Supremo porque estaba construido en tierra palestina privada, como las casas demolidas en Ofra.