Uno de los pocos representantes de los mordvinos, conocidos más allá de las fronteras de Rusia, es el escultor Stepán Erzya. El pseudónimo "Erzya" lo tomó del nombre del pueblo al que pertenecía.
En Argentina, donde Stepán Erzya vivió de 1927 a 1950, lo llamaban "El hombre de la vaca", simplemente porque era de procedencia campesina: nació en una aldea de Mordovia. Recibió clases de Bellas Artes en los talleres de pintura de iconos en las ciudades de Alatyr y Kazán. Y, como suele decirse, su talento de pintor y escultor se abrió camino.
Ya reconocido en Europa, Erzya llevó sus obras a la Argentina. Inmediatamente los principales diarios de Buenos Aires publican extensos artículos sobre su creación, ilustrándolos con fotografías de sus obras. En los artículos se resaltaba la fama que obtuvo en Europa y la complejidad de sus relaciones con el nuevo poder en Rusia. La prensa lo apodaba 'peregrino' y su vida — enigmática.
La exposición personal de Stepán Erzya en 1927 fue un fenómeno nuevo para la escultura argentina. El maestro fue el primero en utilizar en la escultura, madera de árboles sudamericanos, sobre todo el quebracho. En sus trabajos se apreciaban ornamentos tradicionales mordvinos, que siempre adornaban los objetos de uso corriente…