Las autoridades municipales temen las aglomeraciones en la calle en un momento en que el estado aún se resiente de la huelga de policías militares que durante diez días provocó una ola de violencia sin precedentes.
Más de 150 personas murieron de forma violenta y además se produjeron cientos de robos, atracos y saqueos a comercios.
La situación se está normalizando y la Policía Militar vuelve gradualmente a patrullar las calles, pero aun así 3.400 hombres del Ejército y la Fuerza Nacional siguen en Espírito Santo para reforzar la seguridad.
Además, el gobernador del estado, Paulo Hartung, alertó de que el secretario de estado de Seguridad, André Garcia y su familia estaban siendo amenazados de muerte.
La Policía Civil y la Policía Federal investigarán el origen de estas "actitudes criminales", según el gobierno de Espírito Santo.
"Rechazamos el hecho de que actitudes criminales, realizadas por un pequeño grupo que aún apuesta por el desorden, se utilicen como estrategia de presión para atender intereses corporativistas", lamentó este lunes el gobierno en un comunicado.