Varsovia hizo hincapié en apoyar a Ucrania en el marco de la descentralización, la lucha contra la corrupción y el cumplimiento de los acuerdos de Minsk.
"Polonia respaldará las aspiraciones europeas de Ucrania y su deseo de hacer frente a la política de agresión que lleva a cabo Rusia", declaró ante el Parlamento polaco Witold Waszczykowski, el ministro de Exteriores.
"Rusia intenta influir en los procesos democráticos de otros territorios aprovechando cualesquiera brechas que detecte en ellos. Hasta que Moscú cambie de actitud, no se podrán restablecer las relaciones con los países occidentales", afirmó Kaljulaid.
Fantasmas del pasado
No es sorprendente que Polonia actúe de semejante manera, dado que el país es el paradigma de un "imperio frustrado" y, por lo tanto, califica al Kremlin de enemigo, opina Serguéi Filátov, experto de la revista Vida Internacional, citado por RT.
"Esos dolores fantasma no se les pasan, por eso consideran a Moscú como su enemigo. Tal enfoque se ha venido formando durante décadas, sin mencionar el hecho de que ahora se mantienen en el poder los responsables de la rusofobia. Es poco sorprendente que intenten exacerbar las tensiones", argumenta el especialista.
No obstante, la situación podría cambiar en Estonia, vaticina Filátov. Las autoridades de este país báltico ya indicaron que Tallin está dispuesta a mejorar sus relaciones con Moscú.
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"Parece que no hay consenso entre los dirigentes del país y, por el momento, todavía no está claro quién ganará, si los que se oponen a unas relaciones más estrechas con el Kremlin o quienes abogan por un cambio en la situación estratégica. En este caso, por fin, Estonia tendría buenas relaciones con Rusia", concluyó Filátov.