"Lanzada desde una base espacial rusa, la nave realizará excursiones a unos 100 kilómetros sobre la Tierra", señaló el ejecutivo.
El vehículo suborbital de Cosmocourse incluye dos elementos recuperables: un cohete impulsor que sería eyectado desde una lanzadera y una cápsula para siete personas —seis turistas más un instructor— que descendería en paracaídas.
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Los turistas tendrán que desembolsar entre 200.000 y 250.000 dólares por un vuelo suborbital de 15 minutos. Antes de embarcarse en esta costosa aventura, deberán hacer un curso preparatorio de 3 días y pasar un exhaustivo chequeo médico.
"Durante 5 o 6 minutos permanecerán en estado de ingravidez flotando libremente en una cápsula de 30 metros cúbicos", declaró el director de Cosmocourse.
Además, según el ejecutivo de la empresa, los turistas espaciales tendrán que firmar un documento en el que exonerarán a la empresa de cualquier responsabilidad sobre su integridad física en situaciones de emergencia.
"En EEUU, a nivel legislativo, se establece la norma de que para este tipo de vuelos el contrato debe contener una cláusula sobre la renuncia a las reclamaciones en caso de daños a la salud o la vida. Naturalmente, en respuesta a este requisito, el Estado asume las cuestiones de certificación [de la seguridad]. Creo que tendremos algo parecido", explicó.
Por el momento se desconoce si la rampa de lanzamiento se construirá en la base espacial de Kapustin Yar, en la provincia de Astracán, o en Baikonur, el cosmódromo que Rusia alquila en Kazajistán.
El vehículo todavía no tiene nombre pero las diferentes denominaciones técnicas que se usan en los documentos para referirse a él son complejo espacial suborbital recuperable —MSKK, por sus siglas en ruso—, lanzadera espacial suborbital recuperable —MSRN, por sus siglas en ruso— y aparato espacial suborbital recuperable —MSKA, por sus siglas en ruso—.
"SpaceX ha sufrido sus principales pérdidas durante el aterrizaje sobre una barcaza. Por el contrario, nosotros tenemos previsto aterrizar sobre la Tierra. Además, [SpaceX] tiene un esquema de aterrizaje muy rígido, según el cual se reducen a 'cero' varios parámetros de movimiento a la vez. Otra empresa estadounidense, Blue Origin, utiliza un esquema con suspensión, lo que le permite efectuar un aterrizaje mucho más suave. Este es el esquema en el que nos centramos".
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Actualmente, el costo del proyecto de Cosmocourse se estima en unos 150 millones de dólares. La iniciativa de crear un vehículo espacial turístico surgió de un inversor privado ruso.