Las primeras discusiones científicas empezaron hace tres años, pero tras el aumento de las tensiones por la reunificación de Crimea con Rusia la mayoría de los contactos entre la NASA y Roscosmos cesaron. No obstante, en 2015 la cooperación reanudó, informa el medio.
"Rusia siempre ha querido volver a Venus", afirmó Senske, haciendo referencia a los logros de la URSS en aterrizar el primer aparato espacial en la superficie venusiana y sacar la única foto disponible del suelo del planeta.

¿Qué se está planeando?
Los detalles acerca de la misión todavía no se han definido. Sin embargo, el tamaño del proyecto podría alcanzar un estatus similar al de otros proyectos de la NASA, como el róver marciano 'Curiosity' —de 2.500 millones de dólares—, según Senske.
Los planes preliminares contemplan enviar una sonda orbital para estudiar el planeta por unos tres años, así como hacer aterrizar un módulo de descenso, el cual se prevé que sobreviva al menos unas horas en la hostil atmósfera venusiana.
Rusia creará la sonda y el módulo de descenso, así como lanzará la misión usando el cohete Angará-A5, según Senske. La NASA contribuirá con equipos individuales.
"Actualmente Rusia manda el proceso. La NASA es un socio menor", afirmó Senske, recordando que todavía no se han firmado acuerdos sólidos acerca de la misión conjunta.
De conseguir la parte rusa la financiación requerida, el lanzamiento podría ser pautado para el año 2025 o 2026, aunque el empleado de la NASA admite que se trataría de un plan "ambicioso".