Alemania
Un escándalo diplomático entre Ucrania y Alemania estalló a principios de febrero de este año. El detonante fue una entrevista del embajador germano en Kiev, Ernst Reichel, durante la cual declaró:
"No es obligatorio que las elecciones en Donbás se celebren solo cuando allí no haya tropas rusas o en cada edificio de la Administración municipal ondee la bandera de Ucrania".
Los altos responsables germanos también han realizado declaraciones semejantes en varias ocasiones. Así, la canciller alemana, Angela Merkel, señaló en octubre del 2016 que Kiev recibirá el control de las fronteras solo al final del proceso de resolución del conflicto.
No obstante, en Kiev, los políticos se indignaron por todas estas declaraciones, destaca el periodista. La diputada de la facción del Bloque de Petró Poroshenko y jefa del comité de Asuntos Exteriores, Anna Gopkó, llamó a boicotear al embajador Reichel. En particular, instó a los diplomáticos a no asistir al banquete del 7 de febrero en la Embajada de Alemania con motivo del aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Kiev y Berlín. Asimismo, la vicepresidenta del Parlamento, Irina Gueráshenko, propuso al embajador desmentir sus palabras. Mientras tanto, en Berlín, el Gobierno germano sigue apoyando al jefe de su delegación diplomática en Ucrania.
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Polonia
"Desde hace tiempo, los nacionalistas marginales polacos queman banderas de Ucrania y destruyen monumentos de la historia ucraniana en busca de devolver las regiones occidentales del país, que antes de la II Guerra Mundial habían sido parte de Polonia", señala el autor.
El 6 de febrero, Jaroslaw Kaczynski, el líder del partido gobernante polaco Ley y Justicia, declaró que Ucrania no va a entrar en Europa si sigue manteniendo el culto a la personalidad de Stepán Bandera. En verano de 2016, el Parlamento de Polonia reconoció la masacre de Volinia como una limpieza étnica de los polacos por parte de los nacionalistas ucranianos en 1943. Se hizo una película sobre la tragedia, donde los combatientes del Ejército Insurgente Ucraniano —prohibido en Rusia— están representados como un mayor mal que los propios nazis. El filme está prohibido en Ucrania y el presidente del país, Petró Poroshenko, expresó su pesar en relación con el reconocimiento de la masacre de Volinia como genocidio.
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Israel
Bogdan Chervak, el líder de la Organización de Nacionalistas Ucranianos —prohibida en Rusia—, calificó este discurso de humillación. El jefe del Partido Radical, Oleg Liashkó, instó a Rivlin a disculparse. En diciembre, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, canceló la visita de su homólogo ucraniano, Volodimir Groisman, a Israel.
EEUU
No obstante, tras los comicios presidenciales que dieron la victoria al magnate neoyorquino, la retórica de los políticos de Kiev cambió drásticamente.
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Países Bajos
Rehenes de la propaganda
Los expertos señalan que durante el año pasado, Ucrania perdió a todos sus aliados. La lista de fracasos incluye el continuo aplazamiento del régimen sin visados con la Unión Europea, la prohibición directa de ser miembro de la UE y la falta de voluntad de la OTAN de ver al país como su miembro.
#Ucrania en la encrucijada: un año de fracasos a nivel internacional y tensiones internas https://t.co/e7qLlR5VJa pic.twitter.com/3tCxwPTZzh
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 26 декабря 2016 г.
"La actual situación de la política exterior en Ucrania es la peor de todos los años de su vida independiente", observa Karamzín.
"Esa es la gente a la quieren complacer los políticos. De hecho, son rehenes de su propia propaganda de guerra y odio hacia Rusia. Ya no pueden rechazar esta política porque los destituirán los radicales. Pero el apoyo a este discurso es irracional y autodestructivo", explica el analista.
En su opinión, este enfoque conducirá a que los países occidentales se decepcionen por completo con Kiev y conviertan al país en un Estado cuyo destino se decida sin su participación.