La introducción de especies de otras regiones para la industria forestal (que goza de amplias subvenciones fiscales) ha reducido la extensión de los paisajes autóctonos. Se estima que más de medio millón de hectáreas tomaron fuego, arrasando incluso con pueblos enteros y derribando las actividades económicas de pequeños agricultores.
Sin embargo, hay ejemplos en Chile de industrias que han comprendido que la conservación de la biodiversidad local puede apoyar a la producción y mitigar los efectos del cambio climático. Especialmente la viticultura, una actividad intrínsecamente ligada a la imagen del país trasandino más allá de sus fronteras.
"Lo que nosotros buscamos es generar valor en las áreas naturales que quedan alrededor de los viñedos, que en algunos casos colindan con plantaciones forestales, para que la gente de las viñas lo conserve", explicó a Sputnik Olga Barbosa, doctora en Ciencias Biológicas y académica de la Universidad Austral de Chile.
La especialista indicó que el programa busca cambiar "el modo de pensar" de los productores, para hacer entender "que en el fondo su producción de vino, su ‘terroir' y su probabilidad de resistir mejor el cambio climático está dada por este entorno de vegetación nativa", que oficia como un "seguro". Las viñas que forman parte del programa reciben la consultoría gratuita en "provisión de servicios ecosistémicos" de la mano de expertos.
El #IL76 ruso contiene incendio que amenazaba a la ciudad más antigua de #Chile #TodosxChile #Luchin https://t.co/34uPz7yWAj pic.twitter.com/jCrADYNC1b
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 2 de febrero de 2017
"Cuanto más amplio es, es mayor la probabilidad más de que tu sistema sea resiliente, porque en el fondo estos bosques entregan mayor humedad. Si tú tienes un viñedo o cualquier cultivo al lado de una cuenca que está forestada con pino y eucaliptus y tienes una misma situación pero con bosque nativo, hay mucho más agua y humedad en el último. Hay mayor polinización, mayor diversidad de especies", comentó Barbosa.
"Entre esas 1.000 hectáreas hay parches de vegetación nativa, que hemos enseñado cómo hacerlos. Hay 'árboles isla', que están en medio de la plantación y que albergan aves que comen insectos. Muchos siguen teniendo un manejo convencional pero cada vez usan menos pesticidas", indicó la académica, también investigadora asociada del Instituto de Ecología y Biodiversidad de Chile.
Más: Agroindustria chilena registra pérdidas por 400 millones de dólares en incendios forestales
"Puede no ser 100% ejemplar, porque ninguna industria lo es, pero ha caminado hacia un modelo mejor. Es la única que tiene explícitamente adosado el tema de la conservación de la biodiversidad con este programa que hemos impulsado durante tanto tiempo con ellos", indicó la bióloga.
Barbosa dijo que en otros países como Sudáfrica, donde los viñedos llevan adelante programas similares ante problemas de baja cantidad de agua y de alta incidencia de sequía e incendios, las aseguradoras empezaron a notar la disminución de riesgos con la incorporación de vegetación nativa y la eliminación de pinos, eucaliptus y aromos.
La inclusión de especies nativas también es un modo de mostrar al mundo un diferencial. El vino es parte de la imagen país de Chile. La misma no se ve enriquecida al mostrar al mundo "un monocultivo de vid" que se puede repetir en otros lugares. "Es diferente cuando tú tienes eso albergado en un paisaje: eso habla de tu imagen país", precisó la académica.