El tratado START III, firmado en abril de 2010, implica la reducción de los arsenales de EEUU y Rusia hasta 1500 ojivas, el nivel más bajo desde los años 50.
"El tratado prevé el número igual de armas [en los arsenales Moscú y Washington] y un proceso de verificación que será incluso más difícil para Rusia que para EEUU", subrayó. El exjefe del Pentágono agregó que "vamos a cometer un error trágico si no aprovechamos la oferta del Kremlin para extender el tratado".
El ex alto cargo es también un experto en el ámbito de las armas nucleares y el creador del llamado Proyecto William J. Perry, que advierte a las futuras generaciones del peligro que representan las armas nucleares.
"De un plumazo, Trump podría extender el nuevo START, preservar los instrumentos de verificación crítica y frenar las ambiciones nucleares de Rusia a largo plazo", declaró el cofundador del movimiento internacional para la eliminación de las armas nucleares Global Zero, Bruce Blair.
Por su parte, John Tierney, del Centro de Control y No Proliferación de Armas, subrayó que el acuerdo firmado por Barack Obama y Vladímir Putin y ratificado por el Senado de EEUU, "es uno de los acuerdos de control de armas más importantes de la historia". Afirmó que este tratado "facilita la transparencia nuclear entre dos superpotencias".