"La cooperación es necesaria para el desarrollo nacional y para una inserción autónoma en la arena internacional", sostuvo Leonardo Granato, doctorado en Economía Política Internacional y profesor de la Universidad de Federal do Rio Grande do Sul.
En su primera salida como presidente electo antes de asumir su cargo en diciembre de 2015, Macri visitó a la entonces presidenta Dilma Rousseff en Brasil, y posteriormente a su par chilena Michelle Bachelet.
Rousseff, por su parte, asistió a la toma de posesión de Macri ese mismo mes en Buenos Aires, donde volvieron a sostener una reunión bilateral.
En mayo de 2016, tras la suspensión de Roussef como presidenta de Brasil y antes de que fuera destituida, el mandatario argentino recibió y respaldó al nuevo canciller de Brasil, José Serra, que representaba al Gobierno de Temer.
Cuatro meses más tarde, Macri tuvo la oportunidad de encontrarse con el mandatario brasileño en la cumbre del G20 que se celebró en China y en octubre, el propio Temer visitó a su par argentino en Argentina.
Esto demuestra que tanto Argentina como Brasil tienen por delante un "horizonte de cooperación amplísimo", consideró Granato.
"El impacto que las relaciones bilaterales y regionales vienen teniendo en la vida de sus habitantes así lo demuestra", señaló.
Brasil es el principal socio comercial de Argentina desde la creación del Mercosur en 1991, un bloque regional que también integran Paraguay, Uruguay y también Venezuela hasta su suspensión hace unas semanas.
En este sentido, el profesor es partidario de no interpretar la cooperación argentino-brasileña ni el propio Mercosur "en función de oportunidades o restricciones coyunturales, como podrían ser, en este caso, las recientes medidas proteccionistas del nuevo Gobierno estadounidense".
Crisis
Al mismo tiempo, ambos países atraviesan una crisis económica que repercute en su intercambio comercial en el que Argentina mantiene un déficit en su balance comercial con Brasil hace 14 años.
"No olvidemos que ambos países hace años que no crecen, esto impacta en sus comercios", señaló a esta agencia el investigador y politólogo argentino Vicente Palermo.
Por un lado, "Argentina fue cerrando su estructura de comercio internacional en los últimos años", al tiempo que el Mercosur terminó desfigurado. pero ésta situación puede revertirse pese a todo, especificó Palermo, doctor en Ciencias Políticas.
Prioridades
Por otro lado, no está claro que Argentina y Brasil tengan las mismas prioridades, consideró el investigador, autor del ensayo "La alegría y la pasión. Relatos brasileños y argentinos en perspectiva comparada".
"Dar prioridad a lo político desatendiendo las relaciones económicas es una insensatez", destacó Palermo en alusión a la creación del Parlamento del Mercosur que no evitó un retroceso del comercio bilateral.
La contribución de Brasil al comercio exterior de Argentina en 2016 llegó al 20%, uno de sus niveles más reducidos desde 1993, según destacó el lunes la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) en un informe.
Del mismo modo que "potenciar los intercambios económicos es el mejor modo de crear mejores condiciones para la integración política", también "el programa del Mercosur merece ser reconsiderado", indicó el politólogo.
"No están claras las intenciones de Temer, pero sobre todo no está claro qué va a estar en condiciones de hacer, así que la incertidumbre política es muy alta", reflexionó.
En definitiva, ambos países pueden enfrentar momentos puntuales de tensión pero "lo importante es que existan mecanismos institucionales a través de los cuales canalizar toda diferencia o conflicto, propio de países con prioridades diferentes", concluyó el investigador.
Según las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional, Argentina crecerá un 2,2% en 2017 y un 2,8% para el año siguiente, mientras que de Brasil se espera un crecimiento para 2017 y 2018 del 0,2% y 1,5% respectivamente.