"Yo crecí así y es parte de mi personalidad el tema de la lealtad", dijo Zuquilanda a Sputnik.
"Mucha gente piensa que uno debe estar cuando un partido está glorioso, pero no cuando ha sido derrocado y yo creí conveniente ser leal", señaló el diplomático, para quien los buenos modales y la educación son parte de su estilo de vida.
Zuquilanda se afilió al PSP tiempo después de colaborar con Gutiérrez, fundador y presidente vitalicio del partido, quien fue derrocado en abril de 2005 y a quien el actual candidato admira por su liderazgo "y la forma de llevar una campaña".
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"Nadie puede hacer campaña como Lucio, hay que estar ahí para entender", afirmó el diplomático, quien asegura que desde niño aprendió junto a su padre, militar y héroe de guerra, la disciplina y el respeto a las autoridades.
La formación de este abogado penalista nacido en la ciudad de Guayaquil hace 69 años ha sido transversal: cuenta con estudios de posgrado en comercio internacional, también en planificación, desarrollo regional y asuntos amazónicos.
Además es licenciado en ciencias políticas y en el ejercicio de su carrera diplomática se ha desempeñado como embajador de Ecuador en Corea del Sur, consejero en la Embajada de Ecuador ante Egipto, además de embajador plenipotenciario ante los gobiernos de Singapur y el Reino de Tailandia.
Una de sus fortalezas, cree, es la capacidad de su movimiento y de él mismo para identificar los mayores problemas que aquejan a la sociedad ecuatoriana e "inmediatamente" encontrarles soluciones.
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Asegura que al interior del PSP "no se discuten ideologías extremistas ni ideologías extrañas a la personalidad de la nación ecuatoriana".
Su esposa en terceras nupcias, Priscila Flores, lo apoya en la campaña y piensa que su espíritu joven es el que le permite enfrentar la lid con tanta pasión.
Flores cree que su esposo le haría bien al país porque "es un hombre con mucha experiencia, cosmopolita, un hombre que ha visto el mundo, con muchas experiencias".
Sus allegados, como el presidente del partido, Gilmar Gutiérrez, lo califican como una persona de principios y mediador, además de exigente y meticuloso.
Pero no todo han sido rosas para el diplomático, que gusta de la vestimenta formal, los detalles y la organización, pues en 2007 fue llamado a juicio político por no tomar medidas frente a las fumigaciones de narcocultivos en Colombia durante su gestión como ministro de Exteriores.
Su hoja de vida es extensa así como su confianza de que ganará las elecciones del 19 de febrero, ya que para él las encuestas son "las de carne y hueso" y están en los sitios que visitan, "adonde no van las encuestadoras".
"Siempre hemos estado en las elecciones en primero, segundo y tercer lugar, desde que se creó el partido", comenta el jurista a quien los últimos sondeos le dan menos de 1 por ciento de la intención de voto.