"La política de Trump es de expandir sus intereses donde sea, incluso no está pensando en bajar los precios para conquistar mercados, sino todo lo contrario, y esto hace que los pronosticadores del mercado puedan determinar que el precio del petróleo no va a subir demasiado", señaló Potellá.
Potellá, especialista en Economía y Administración de Hidrocarburos de la Universidad Central de Venezuela, recordó que Estados Unidos tiene pozos a medio perforar para ponerlos a funcionar en el momento que suban los precios del barril de petróleo, y eso haría caer nuevamente el precio del crudo, añadió.
"No es que el precio va a caer mucho, los pronósticos son de 55 o 56 dólares para este año y de 60 dólares para finales de 2018, pero (subirá) muy lentamente, porque esa amenaza de Estados Unidos no permitirá un salto abrupto de los precios", añadió.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 24 de enero de 2017
El especialista descarta la posibilidad de que Trump se una a la reducción de crudo a la que se sumaron los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), así como un grupo de productores externos a ese bloque, entre ellos Rusia, Azerbaiyán y Omán.
"En mi opinión, Trump no se sumaría a un acuerdo de reducción de la producción, él es partidario de que Estados Unidos produzca lo más que pueda y, si puede competir con cualquiera, lo hará", expuso.
También recordó que la caída del precio de crudo y su inestabilidad es producto de la sobreoferta de petróleo, que generó el aumento de la producción de Estados Unidos, lo que desató una competencia con productores como Arabia Saudita.
Sin embargo, cree que recortar más la producción incrementaría los precios, pero golpearía a las economías más débiles, ya "que difícilmente resistirían con una producción inferior a la que tienen en este momento, como es el caso de Venezuela", añadió.
Ante ello, el Gobierno venezolano impulsó un plan de recorte de la producción de crudo a nivel mundial, el cual recibió el respaldo de los miembros de la OPEP y de productores ajenos al bloque como Rusia, Azerbaiyán, Omán y Kazajistán.
Entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre de 2016 los productores de petróleo del mundo acordaron reducir, a partir de enero de este año, 1,8 millones de barriles al día, con el objetivo de detener la sobreoferta y provocar un alza en el precio del crudo.
El ministro de Energía ruso, Alexandr Nóvak, aseguró el jueves en Moscú que los efectos de la reducción de cuotas "ya se sienten en el mercado", y se mostró confiado en la evolución de los precios frente a la medida.