Los jóvenes, muchos adolescentes, lanzaron piedras en dirección a las fuerzas de seguridad y contra algunos reporteros que se hallaban en el área, a los que también lanzaron huevos.
Diversas unidades de policía se desplegaron por la zona e intentaron persuadir a los colonos concentrados de que se fueran o de que se metieran en la sinagoga de Amona.
Se cree que dentro del asentamiento se encuentran las 40 familias que viven allí y centenares de colonos que entraron para apoyarlas antes de que el Ejército israelí cerrara la zona.
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Los residentes recibieron mensajes en sus móviles enviados por la Campaña de Amona (campaña contra la evacuación, liderada por los propios colonos de este asentamiento) para que se resistieran a ser evacuados sin violencia, pero de forma que las fuerzas de seguridad necesitaran invertir un tiempo largo y energías.
"Dejad que la policía os desaloje con la mayor fuerza necesaria, pero sin violencia", indica el mensaje.
Agrega que "lo mejor para vosotros sería que cuatro policías tengan que llevarse a una persona".
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"La policía no se comportará de forma violenta si vosotros no os comportáis de forma violenta con ellos", advierte.
