El medio informó que la decisión de rendirse fue apoyada por unos 280 insurgentes, que entregaron unas 60 armas de fuego, 15 minas y varias bombas de confección artesanal.
La agencia indica que en los últimos meses en la provincia de Deraa entregaron las armas centenares de hombres pertenecientes a diferentes grupos armados.
Los civiles que habitan en las zonas que se encontraban en manos de los insurgentes expresaron su deseo de pasar un curso de rehabilitación que apoya el Gobierno de Siria.
El ejemplo más exitoso de realización de ese programa de rehabilitación de víctimas fue el que tuvo lugar en Homs en 2014, cuando 1.500 insurgentes entregaron sus armas y volvieron a la vida pacífica.