Las pruebas sobre las que versa la carta fueron entregadas al laboratorio de Lausana a principios de 2013.
En la segunda parte del informe de McLaren se afirma que durante las investigaciones de la comisión independiente de Richard Pound en 2015 se detectó que los datos de 67 análisis "fueron destruidos por el laboratorio de Lausana en marzo de 2013 pese a que la WADA pidió que fuesen conservados hasta nuevas indicaciones".
Se indicaba que la destrucción de los análisis se debió a un error de incomprensión, pero a la comisión "no le satisfizo esta explicación".
En la carta, con copias a McLaren, al director general de la WADA, Olivier Niggli, y al titular del COI, Thomas Bach, Saugy declaró que los hechos ocurrieron de otro modo, y la WADA sabía de antemano que las pruebas serían destruidas.
Estos datos fueron enviados a Pound y la WADA para corregir el informe.
Según el documento, de las 67 pruebas 54 fueron revisadas y resultaron negativas, y poco más de tres meses después fueron destruidas en correspondencia con las normas.
La WADA fue notificada de la destrucción de estas 54 pruebas y no dio instrucción alguna al respecto.
El posterior análisis de las 12 pruebas detectó la presencia en dos de ellas de esteroides anabólicos, hecho que fue utilizado para poner en entredicho los resultados del laboratorio de Moscú.
En su carta Saugy adjuntó los archivos con el historial de cada una de las 54 pruebas destruidas, buscando restablecer la reputación de su laboratorio, y solicitó hacer públicos estos datos.