Los disturbios se desataron en Egipto el 25 de enero de 2011 durante la fiesta profesional de la policía.
Dos años y medio más tarde, también a consecuencia de protestas multitudinarias fue depuesto el presidente electo, el islamista Mohamed Mursi.
Egipto alcanzó entonces una estabilidad relativa con la llegada al poder del exministro de Defensa, Abdelfatah al Sisi.
Los expertos encuestados por Sputnik valoraron estos seis años de cambios y expresaron la esperanza de que las víctimas y los sufrimientos no fueron en vano.
Las revoluciones políticas son incompletas
Según el jefe del Foro de Investigaciones Económicas de Egipto, Rashad Abdu, los países del tercer mundo no siempre comprenden correctamente el término "revolución", asociándolo exclusivamente al cambio de las élites políticas.
El experto defendió que Egipto solo se ocupó del aspecto político de la revolución e ignoró la economía.
"Por ello luego todos se asombraron mucho con el hecho de que la revolución, uno de cuyos objetivos consistía en acabar con la corrupción, solo trajo más corrupción", explicó.
La revolución no acompañó a la economía
Rashad Abdu señaló que entre 2011 y 2013 empeoraron todos los indicadores económicos en el país.
En su opinión, tras el derrocamiento de los Hermanos Musulmanes se advirtió cierta mejoría, sin embargo, la economía no ha logrado recuperarse hasta el momento.
"La reserva de divisas era de 36.100 millones de dólares norteamericanos, y todo ese dinero era de Egipto; ahora la reserva es de 23.000 millones, y se trata de cuentas en divisas de otros Estados, en particular Arabia Saudí, Kuwait y Emiratos Árabes, además de 1.000 millones de dólares de Turquía, desde el Gobierno de los Hermanos Musulmanes", explicó.
El experto añadió que el nivel de desempleo durante los últimos años del Gobierno de Mubarak era del 9,2%, mientras que en la actualidad superó el 12%.
Abdu recordó que para el 25 de enero de 2011 la economía de Egipto crecía anualmente un 7,5%.
"En condiciones de una gravísima crisis mundial, cuando el crecimiento bajó al 5,5%, ahora se hacen todos los esfuerzos para lograr que el crecimiento alcanzase al menos el nivel del 4,2%", observó.
El interlocutor de la agencia añadió que durante los últimos años Egipto tuvo pérdidas considerables tanto en los ratings de transparencia económica como en el atractivo para los inversionistas extranjeros.
"Hoy tratamos de retornar aunque sea a los indicadores prerrevolucionarios; tras el 30 de junio (de 2013) la situación comenzó a mejorar", estima el especialista.
El camino correcto
Abdu está convencido de que incluso medidas tan complejas como la recientemente tomada por la dirección del país de liberalizar el curso de la divisa nacional, que costó una caída en más de dos veces en un corto período de tiempo, resultarán provechosas para el país.
La verdadera revolución debe ser económica
Según la opinión de otro experto egipcio, director del Centro de Investigaciones de Seguridad Khaled Okasha, justamente lo que está sucediendo ahora en la economía de Egipto podría ser considerado la verdadera revolución.
"La verdadera revolución está sucediendo ahora, en la economía; cambian las leyes sobre las inversiones, la política monetaria, se toman otras medidas; Egipto necesita estabilizar la situación, y luego desde esa base sólida construir el sistema social, económico y político", considera el entrevistado.
El principal reto es el terrorismo
Okasha estima que el período postrevolucionario de 2011-2016 en Egipto es necesario dividirlo en dos etapas de tres años cada una.
El experto afirmó que el principal reto que ha enfrentado Egipto durante los últimos años en materia de seguridad es el terrorismo.
"Desde 2013 las fuerzas de seguridad de Egipto, las Fuerzas Armadas y la inteligencia iniciaron una lucha conjunta contra las actividades terroristas", recordó el especialista.
El estudioso expresó su convicción de que los éxitos del Estado en el proceso de restablecimiento de la seguridad son notables.
"Considero que hay resultados positivos, la situación en materia de seguridad en 2016 fue mucho mejor que en 2013 y 2014", sentenció el interlocutor de la agencia.