En varios medios y redes sociales se discute hoy en día de manera distorsionada el tema de la destrucción de la ciudad de Palmira. Según se afirma, la retirada de las tropas rusas de la urbe provocó grandes pérdidas, pero estas declaraciones "no son nada más que mentiras que buscan sembrar el odio", planteó.
Añade que el daño causado por los terroristas es enorme ya que la ciudad se sometió a explosiones.
"Cada día bajo el dominio de Daesh es peligroso para los monumentos culturales e históricos, y amenaza convertirse en una 'pesadilla'", prosiguió.
La última vez que los terroristas controlaron la ciudad, fueron aniquilados el Templo de Bel, el Arco de Triunfo de Palmira y las tumbas-torres. Además asesinaron atrozmente al científico Khaled al Asaad, uno de los principales investigadores de la historia antigua de la urbe.
"Los tesoros de Palmira pertenecen no solo a Siria, sino al mundo entero. Por eso todo el mundo debe llevar la responsabilidad por las atrocidades que suceden allí", opinó.
Declaró que los patrocinadores de los terroristas saben que "sus protegidos pronto serán expulsados de la ciudad". En este sentido, aclaró, ellos tratan de destruir todo lo posible para vengarse del Ejército sirio por sus victorias.
"Muchos países del Este y Oeste no necesitan una Siria independiente que posea y proteja sus riquezas y su gran patrimonio cultural. Al respecto crearon una agrupación de 'inadaptados' de todas partes del mundo, que vinieron a Siria para librar una guerra y convertir el país en una colonia", explicó.
Concluyó que los sirios confían en que su país resucite y venza en la guerra, así como que ellos van a probar que no se puede convertir a Siria en una plataforma para promover "diferentes ideas criminales".