"Se registró 70 millones de ataques informáticos en un año", dijo Nikolái Murashov, vicedirector del FSB para la seguridad de las comunicaciones.
El funcionario subrayó que una gran parte de los ciberataques provino del extranjero, sin mencionar un país concreto.
Anteriormente el titular ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, recordó que EEUU hackeó las comunicaciones internas de la ONU para espiar al presidente francés François Hollande, a la canciller alemana, Angela Merkel, y a otros líderes de la Unión Europea.
Varias agencias de inteligencia estadounidenses acusaron a Rusia de una supuesta implicación en los ciberataques contra instituciones políticas y ciudadanos que buscaban ayudar a Donald Trump a ganar las elecciones presidenciales.
Desde Washington también se afirmó que los ataques pudieron realizarse por indicación de altos cargos.
A este respecto, el presidente Vladímir Putin señaló que los hackeos no favorecen a Rusia, y que la histeria en torno a los mismos se azuzaba para desviar la atención de su contenido, en concreto de cómo el Comité Nacional del Partido Demócrata favoreció a Hillary Clinton en las elecciones primarias y buscó desacreditar a su principal rival, el senador Bernie Sanders.
El propio Trump tildó de ridículas las denuncias de injerencia rusa a su favor y dio a entender que no es más que otra excusa de Clinton.
Hasta la fecha, el Gobierno de EEUU no ha presentado ninguna prueba que confirme la implicación de Moscú en los ciberataques contra el proceso electoral estadounidense.