Las consultas de Astaná, con la participación de representantes del Gobierno de Siria y las facciones rebeldes, así como diplomáticos de Rusia, Turquía, Irán, Kazajistán, EEUU y la ONU, se celebraron a puertas cerradas el 23 y el 24 de enero.
"Observamos varios intentos torpes de chantaje por parte de la oposición armada siria", dijo Lavréntiev a los periodistas.
Lavréntiev agregó que a veces es imposible cumplir con las condiciones previas de la oposición.
"Estamos trabajando en que el alto el fuego en estas dos zonas (suburbios de Damasco) se cumpla, pero no podemos prevenir las provocaciones completamente", declaró.
El jefe de la delegación rusa señaló que hubo "más que suficientes" personas que querían socavar la reunión.
El suministro de agua a Damasco desde la fuente de Ain al Fijeh, en el valle del río Barada, se interrumpió el pasado el 22 de diciembre, después de que los enfrentamientos dañaran la principal instalación de bombeo.
Este martes el jefe de la delegación del Gobierno sirio, Bashar Jaafari, declaró que los militares no cesarán la operación contra los grupos armados mientras estos sigan cortando suministros de agua a Damasco.