Los agentes de policía usaron gas pimienta y granadas aturdidoras para dispersar a los manifestantes. Un grupo de personas anti-Trump llegó a provocar desperfectos e incendió una limusina, además de quemar numerosas banderas de EEUU y pósteres del nuevo presidente. Dos agentes resultaron heridos en los enfrentamientos con los manifestantes.
Los contrarios a Trump gritaron "¡Vergüenza, vergüenza!" al paso de los simpatizantes del nuevo presidente y de los invitados a la ceremonia de investidura, celebrada en las escalinatas del Capitolio de Washington.