Los primeros ataques se produjeron este 18 de enero, justo cuando la Policía Militar entraba en la cárcel de Alcaçuz (en el área metropolitana de la capital del estado, Natal) para apartar a 220 presos para trasladarlos a otras cárceles.
La maniobra se producía por cuestiones de seguridad, después de que el pasado sábado el enfrentamiento entre facciones rivales del narcotráfico —el Primeiro Comando da Capital (PCC) y el Sindicato do Crimen— dejara 26 presos muertos.
El secretario de Seguridad Pública del estado de Río Grande do Norte, Caio Bezerra, aseguró que ya se ha detenido a "varias personas" y que se está investigando la relación entre la situación en la cárcel y esta ola de violencia callejera.
Mientras tanto en la cárcel de Alcaçuz el ambiente no mejora: este jueves los presos volvieron a subir a los tejados de los pabellones en actitud amenazante y los agentes penitenciarios dispararon balas de goma y granadas de gas lacrimógeno.