Según el medio, los militares japoneses y estadounidenses entrenarán respuestas a un eventual despliegue de las tropas chinas.
Los altos mandos castrenses de EEUU participarán como observadores en los ejercicios.
Japón aprobó en marzo de 2016 una ley que autoriza a sus Fuerzas Armadas a actuar en el extranjero, pese a las protestas de varios sectores de la población.
Los detractores de la normativa aseguran que la reforma abre la vía a que Washington arrastre a Japón a sus aventuras bélicas por el planeta.