Según la portavoz, al acusar a Damasco, Occidente usa "los resultados del trabajo, que está lejos de finalizarse, del mecanismo conjunto de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y la ONU".
A finales de noviembre el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó por unanimidad una resolución que extiende por un año el mandato de la misión conjunta de la ONU y la OPAQ encargada de investigar el uso de armas químicas en Siria.
Este mecanismo de investigación de la ONU y la OPAQ presentó cuatro informes, en los que responsabilizó al Gobierno sirio de tres ataques llevados a cabo en 2014 y 2015, y al grupo Daesh (autodeterminado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países), de uno en 2015.
Previamente Asad indicó que el Gobierno no está interesado en aplicar las armas químicas ya que la medida pondría al pueblo en su contra.
Por su parte, el embajador ruso ante Naciones Unidas, Vitali Churkin, declaró con anterioridad que las conclusiones de la OPAQ no tienen el carácter obligatorio y carecen de pruebas suficientes.
Asimismo, señaló que Rusia está en contra del proyecto de resolución que estipula imponer sanciones contra los implicados en el uso de armas químicas.