"Quiero solidarizarme con las familias que perdieron a sus presos en aquel accidente pavoroso que ocurrió en la cárcel de Manaos. Toda nuestra solidaridad es gubernamental", aseguró.
Temer pronunció estas palabras en la apertura de una reunión gubernamental sobre seguridad institucional convocada a raíz de la situación en el sistema carcelario.
Recordó que son los estados los encargados de gestionar las cárceles, pero admitió que la cuestión de la seguridad pública en Brasil llegó a tal punto que sobrepasó el ámbito local y se convirtió en una preocupación nacional.
Temer también avanzó que el próximo plan nacional de seguridad pública que lanzará el ministerio de Justicia obligará a que las cárceles que se construyan a partir de ahora diferencien a los presos en función de la gravedad de los delitos cometidos.
También prometió 150 millones de reales (46,5 millones de dólares) para instalar bloqueadores de teléfonos móviles en el 30% de las cárceles de cada estado.