"Este paso de EEUU es un momento histórico, aunque, en general, el apoyo prestado a Israel por parte de Washington nunca ha sido del cien por cien. A la Administración Obama le quedan literalmente tres semanas hasta el fin de su mandato. Por eso, cualquiera de los pasos que emprenda debería ser valorado desde este ángulo. Es evidente que el presidente ya no puede cambiar sus políticas, por eso hay que considerar esta decisión como un gesto simbólico", subrayó el experto, entrevistado por RIA Nóvosti.
"En política interior, el mandatario estadounidense no tenía mucho margen de maniobra para agradar a sus partidarios —por ejemplo, no pudo conseguir que la asistencia médica fuera gratuita o limitar la influencia de Wall Street—. Por eso, al abandonar su cargo, decidió tener un gesto que satisficiera a los representantes de este sector", explica el politólogo.
Además, con este paso, la Casa Blanca quiere demostrar a Israel y a la comunidad internacional que, en general, la política estadounidense es más compleja de lo que parece y que, por lo tanto, Washington tiene libertad de movimientos, opina el especialista.
"Pese al apoyo prestado a Israel por la clase dirigente de EEUU y su comunidad de expertos, hay gente que critica al país… dos potencias no pueden tener un enfoque común al cien por cien en una región tan crítica e importante", enfatizó.
A pesar de las repetidas súplicas de Tel Aviv, por primera vez en los ocho años de Presidencia de Barack Obama, EEUU no usó su derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU en la votación del pasado 23 de diciembre, y dio así luz verde a la resolución que condenaba la construcción de asentamientos israelíes en territorios palestinos.
El secretario de Estado, John Kerry, explicó que EEUU no vetó esta resolución porque consideraba que sus condiciones eran lo bastante equilibradas como para que ambas partes avanzaran en la llamada solución de los dos Estados.