
Moraes dijo que las informaciones sobre una posible fuga fueron obtenidas por el servicio de inteligencia del gobierno de Amazonas y que el gobierno federal no fue informado, aunque matizó que las autoridades de Amazonas tampoco estaban obligadas a hacerlo.
El 1 de enero se fugaron 72 presos del Instituto Penal Antônio Trindade y horas más tarde se registró una rebelión en la cárcel Anísio Jobim que terminó con 56 muertos y la fuga de otros 122 presos.
Desde el primer momento Fontes sostuvo que todo sucedió por un ataque planeado de presos de la facción de narcotraficantes Familia do Norte (FDN) contra el Primeiro Comando da Capital (PCC).
El ministro Moraes también criticó la actuación de la empresa Umanizzare, la responsable de gestionar las cárceles del estado de Amazonas desde 2014, en una forma de administración privada que ya ha sido criticada por varias entidades independientes.
"No tengo dudas en afirmar que hubo un fallo de quien se encarga de la cárcel, ahora bien, extender eso a otras autoridades sólo si hay pruebas", aseveró el ministro, que tampoco cuestionó el sistema de gestión privada como un todo.
Para Moraes el fallo más obvio es la entrada de armas en la cárcel, ya que en los últimos días se divulgaron fotos tomadas por los propios presos con sus móviles cargando desde cuchillos de gran porte hasta fusiles.