Tras analizar el 12 por ciento de las actas electorales "no se detectó un fraude masivo aunque sí algunas irregularidades, pero estas no afectaron al proceso", señaló el Buró de lo Contencioso Electoral Nacional en un comunicado.
Moïse, del gobernante Partido Haitiano de las Cabezas Calvas, obtuvo 55,6 por ciento de los votos en la primera vuelta de los comicios celebrados el pasado 20 de noviembre y se convirtió oficialmente en el nuevo presidente electo de la isla caribeña.
Los candidatos opositores Jude Célestin, Moïse Jean-Charles y Maryse Narcisse, impugnaron ante la justicia esos resultados al considerar que hubo fraude electoral, pero este martes la comisión de jueces que investigó el proceso lo desestimó.
El nuevo presidente electo es un empresario de 48 años procedente de una familia vinculada al campo y que se dedica a la producción de banano.
En 2015 fue designado como candidato presidencial por el entonces mandatario Michel Joseph Martelly.
El desarrollo de la agricultura, la educación básica y el acceso a la salud son algunas de las áreas en las que pondrá especial énfasis, según señaló Moïse en su programa de Gobierno.
Haití, el país más pobre de América, ha estado sumido en un clima de inseguridad y violencia política desde la década de los 90, cuando fue derrocado Jean-Bertrand Aristide, primer presidente elegido democráticamente en la isla.
Además, vive los efectos del mortífero terremoto de 2010, que causó unos 220.000 muertos y una devastación todavía muy visible en Puerto Príncipe y zonas aledañas.
El sismo agudizó la situación de pobreza del país y exacerbó su dependencia de la ayuda internacional.
Haití también se recupera de los efectos del huracán Matthew, que en octubre azotó el sur del país causando cerca de 1.000 muertos y decenas de miles de evacuados.
Bajo este contexto, el nuevo Gobierno asumirá el 7 de febrero.