"El nivel del bienestar en Italia ahora es el mismo que en 2000; si no hay cambios en este ámbito, los italianos en un momento dado pueden llegar a creer que no quieren estar en la zona del euro", dijo Fuest en una entrevista con el periódico Tagesspiegel.
A la vez, según el economista, si las autoridades alemanas dan luz verde al programa europeo de ayuda a Italia, supondrá una carga para los contribuyentes alemanes, "cuya cuantía no la sabrán ni podrán controlar".
Además, el BCE decidirá el tamaño del crédito que Berlín deberá otorgar a Roma.
Estas dos circunstancias, en opinión de Fuest, han de provocar el rechazo de los legisladores alemanes.
El economista constató, además, que hay cada vez más división en la Unión Europea, incluso sin la posible salida de Italia de la Eurozona, algo que "quedó claro ya después de la votación sobre el Brexit".
"Al mismo tiempo, los países del Este se distancian cada vez más de Europa", observó.