El 23 de diciembre, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas aprobó, con la sola abstención de EEUU, la resolución 2334 que llama a detener la construcción de asentamientos judíos en territorio palestino. El voto de España en esa ocasión era de gran importancia, ya que el país ibérico ocupa la Presidencia rotativa del organismo de la ONU hasta el 31 de diciembre.
Según el periódico español, los objetivos del líder israelí, además de intentar cambiar el voto de España, era hacer que el país presionase a los patrocinadores de la resolución —Nueva Zelanda y Senegal— a retirarla.
Fuentes diplomáticas, citadas por el medio ibérico, tacharon la reacción de Israel de "desproporcionada", ya que la resolución 2334 no tiene "efectos prácticos directos".