"Ya sepultado por la historia desde hacía mucho tiempo, a los 91 años, y tras pasar 10 de ellos en prisión por cometer graves violaciones a los derechos humanos, terminó de morirse el exdictador Gregorio Álvarez debido a una falla cardíaca", informa el diario El Observador.
Llegó a la Presidencia el 1 de septiembre de 1981 tras desplazar al entonces mandatario de facto Aparicio Méndez, a pesar de que la mayoría de los uruguayos había votado por el fin de la dictadura en un plebiscito celebrado en 1980.
La democracia retornaría en 1985, con la asunción de Julio María Sanguinetti como presidente.
Entonces, fue recluido en una cárcel especial construida para militares procesados por violaciones de los derechos humanos.
En 2009 fue condenado por el homicidio de 37 personas durante su jefatura del Ejército.
En 2015 sufrió un accidente cerebrovascular que le dejó como secuela una parálisis, lo que le impidió prestar declaraciones en otras causas judiciales en su contra.
El 14 de este mes había sido internado por problemas cardíacos.