Aunque comúnmente se lo define como un arte marcial, el 'systema' es mucho más que eso: "Es un conjunto de técnicas, de conocimientos y de conceptos que ayudan en el combate, en la defensa y también en la vida. Es un sistema completo", explicó a Sputnik Dmitriy Mamedov, instructor de esta metodología impulsada desde los años 60 por Aleksey Alekseyevich Kadochnikov.
"[En el 'systema'], el objetivo no es para nada la competencia: no se busca destruir en un entrenamiento a otro ni generar ningún tipo de ego, sino por el contrario superarse y conocerse a uno mismo", explicó Mamedov.
Cuando el 'systema' fue inventado, las artes marciales estaban prohibidas en Rusia, pero la tradición de pelea de los cosacos y otros pueblos se mantenían vivas en la cultura. El Gobierno de la entonces Unión Soviética depositó en Kadochnikov la confianza para estudiar distintas artes marciales y recuperar el legado de los pueblos que durante siglos defendieron "sus fronteras, su familia o su patria" para entrenar a sus fuerzas especiales, indicó Mamedov.
En la década de los 2000, Fabián García, un militar argentino perteneciente a una fuerza de élite, fue a recibir entrenamiento en Rusia para poder dominar el método de Kadochnikov, utilizado por los cuerpos especiales de ese país.
"Le impactó tanto que cuando volvió a Argentina quiso seguir estudiando el sistema ruso porque tiene una filosofía más cercana a la occidental, no tanto oriental, entonces siguió capacitándose y viajando", comentó Mamedov.
De este modo, fue perfeccionando su conocimiento con la metodología de otros creadores de 'systema' rusos, como Vladímir Vasiliev. De hecho "hay otros sistemas parecidos desarrollados por otras personas". A veces, dentro de Rusia no se conoce a este conjunto de técnicas como 'systema', aunque sí en América del Sur.
De hecho, según Mamedov, "cuando uno llega a una clase de 'systema' no entiende quién es quién": aunque se ve siempre a un maestro que dirige a los discípulos, "nunca se sabe qué rango ocupan los alumnos".
"El conocimiento se transfiere de forma rápida cada clase. Cada uno se da cuenta de que a los tres meses aprendió un montón y de que es capaz de enseñarle a un novato. Como no hay egos ni competencia, si uno aprende algo que le sirve —una técnica o un concepto—enseguida se lo transfiere al otro", ilustró.













Pero la superación personal y la disciplina es el elemento de la identidad rusa que más distingue al 'systema' y que proviene, por ejemplo, de los cosacos. Sin embargo, "nunca hubo escuelas concretas de arte marcial concreto ni algo que esté dicho y hecho y no se pueda modificar: todo fluye todo cambia constantemente". Así como los cosacos no entrenaban sino que "hacían muchos juegos", la técnica es igual hoy en día.
"Ellos juegan, y al jugar adquieren las habilidades y el conocimiento. Cuando tienen que aplicar de verdad, lo hacen pero mientras tanto jugamos. No hacemos nada que sea muy violento para el otro, que pueda lastimar o dañar o perder ego. Así como se aprendió siempre en Rusia, seguimos aprendiendo acá", explicó.