Fue la lealtad a Obama lo que llevó a Ucrania a este 'conflicto' no deseado con el país hebreo, escribe el analista del diario ruso Vzglyad, Andréi Gráfov.
Sin embargo, en un gesto totalmente sorprendente, Estados Unidos se abstuvo en la votación y permitió que la resolución fuera aprobada. Después de esta maniobra, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu criticó a la Administración Obama pero encontró inmediatamente el apoyo de Donald Trump, que prometió que "después del 20 de enero todo va a cambiar".
Aunque la actitud antiisraelí de la ONU es de sobras conocida, opina el autor del artículo, las resoluciones realmente incómodas para Tel Aviv suelen ser vetadas sistemáticamente por Estados Unidos. Pero esta vez algo salió mal. Netanyahu, enfurecido, por poco perdió la compostura diplomática, pero aun así las declaraciones del primer ministro resultaron ser especialmente duras:
"Comparto la ira de los miembros del Gobierno y su frustración por la injusta y hostil al Estado de Israel resolución aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU. Según nuestra información, esta resolución, sin duda, fue auspiciada por la Administración de Obama, que preparó su redacción y obligó a adoptarla".
En este caso, Netanyahu no atacó a Estados Unidos como país, sino que se centró en la persona de Obama. El primer ministro israelí habló acto seguido sobre su intención de forjar lazos de amistad con su sucesor: "Israel cuenta con la cooperación del presidente electo Trump, así como con todos nuestros amigos en el Congreso, tanto republicanos como demócratas, para hacer frente a las consecuencias negativas de esta resolución absurda".
Para encontrar una explicación a esta situación algunos expertos propusieron la hipótesis de que los ucranianos querían abstenerse, pero que el vicepresidente estadounidense Joe Biden llamó personalmente al presidente ucraniano, Petró Poroshenko, para pedirle que el país eslavo votara afirmativamente.
El hecho de que Moscú apoyara la resolución contra Israel estaba claro desde el principio debido a las tradiciones históricas que datan de la época soviética, según las cuales Rusia apoya las demandas de los palestinos. Por lo tanto, la posición rusa no fue inesperada, en oposición al comportamiento de Estados Unidos. A ojos de Netanyahu, Rusia jugó contra Israel, pero lo hizo según las reglas, a diferencia de EEUU.