"Va a ser muy difícil vivir en Marte si no modificamos el cuerpo humano. Las modificaciones nos permitirán explorar, vivir y llegar a los lugares donde ni siquiera soñamos con ir hoy", dijo Enríquez en su conferencia reciente en TED.
Además, el experto apuntó que la Tierra ya se ha enfrentado a cinco extinciones masivas a lo largo de su historia, por lo cual es muy probable que otra extinción se produzca en un futuro próximo.
"Si creemos que las extinciones son comunes, naturales y normales, y se producen periódicamente, es un imperativo moral diversificar nuestra especie", añadió Enríquez, al decir que "si la Tierra se va, toda la humanidad se irá también".
Asimismo, las células humanas genéticamente reprogramadas podrían repararse de la radiación mortal de Marte. Los pulmones y los tejidos también podrían ser rediseñados genéticamente para ser capaces de recibir más oxígeno en las atmósferas pobres de O2 de otros planetas.
Los seres humanos lograrían una salud perfecta mediante la eliminación de las enfermedades genéticas, como la fibrosis quística y la enfermedad de Huntington.
Enríquez no es el único investigador que aboga por modificaciones genéticas en el futuro. Así, la empresa canadiense AsapSCIENCE publicó un vídeo que muestra un escenario hipotético en el cual nuestros cuerpos son parcialmente máquinas.
Mientras nuestras frentes seguirían expandiéndose, nuestros cerebros crecerían. Y a medida que el hombre alcance el dominio total de la genética, el rostro humano se vería fuertemente inclinado hacia las características que encontramos fundamentalmente atractivas —líneas fuertes, narices rectas, ojos intensos—.
"Ya no estaremos limitados por nuestra propia fisiología, nos convertiremos en una mezcla de biología y máquina en el interior", dice el vídeo.
Según destaca, dentro de menos de cuatro décadas, las personas vivirán mucho más, podrán posponer su periodo reproductivo, tendrán niños a edad avanzada y utilizarán la inteligencia artificial para realizar las tareas domésticas, destaca Daily Mail.
No obstante, a pesar de que las tecnologías de diseño de bebés causarían que las generaciones futuras se hicieran más inteligentes, atractivas y fuertes, esta similitud genética —o falta de la diversidad humana— dejaría espacio para que apareciera una nueva y única enfermedad del futuro, que podría acabar con toda la raza humana.