"A menudo, las Naciones Unidas crean comisiones para los burócratas. En esta comisión trabajará un amplio equipo de expertos, los cuales viajarán de un país a otro para obtener algunos documentos. Nadie sabe de qué manera se evaluarán estos documentos y en qué pruebas se basarán sus conclusiones", consideró Gevorgyan.
La experta advirtió que tal comisión podría estar predispuesta a alcanzar un determinado resultado en lugar de realizar una investigación justa.
"Es poco probable que esta comisión sea imparcial. Ya se puede decir de antemano quiénes serán declarados culpables. A mi parecer, [el mecanismo] es absolutamente burocrático. Es la profanación de un trabajo serio, un ajuste de cuentas con aquellos con quienes están en desacuerdo", subrayó Gevorgyan.
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La analista política recordó el ataque a un convoy de ayuda humanitaria de la ONU, cerca de la ciudad siria de Alepo el 19 de septiembre de 2016. Los resultados obtenidos por la investigación de la ONU más recientemente no fueron concluyentes y no ha sido posible identificar a los responsables del incidente. Sin embargo, los investigadores insisten en que el ataque que destruyó el convoy se llevó a cabo desde el aire, alegando que debía ser culpa de Rusia o Siria, ya que EEUU —el tercer actor en la zona con capacidad aérea— se excluye 'automáticamente'.
Desde el principio, los funcionarios estadounidenses culparon a Rusia y Siria por este ataque. El Ministerio de Defensa ruso negó estas acusaciones y aclaró que ni los aviones rusos ni los sirios realizaron ataques aéreos en la región.
La resolución que establece la creación del nuevo mecanismo fue aprobada el 22 de diciembre, con 105 votos a favor. Sin embargo, 15 naciones, entre ellas Rusia y China, no apoyaron la medida, la cual fue calificada por Bashar Jaafari —enviado de Siria a la ONU—, como una "flagrante interferencia en los asuntos internos de un Estado miembro de la ONU".