El Servicio Federal de Inteligencia de Alemania —Bundesnachrichtendienst, abreviado BND— y la Oficina Federal para la Protección de la Constitución —Bundesamt für Verfassungsschutz, abreviado BfV— acusan a los países del golfo Pérsico de la financiación de mezquitas, escuelas religiosas y predicadores islámicos que propagan esta ideología.
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, insta a prohibir el burka en cualquier lugar del país "donde sea legalmente posible".
Deutsche Welle indicó que algunos miembros de estas organizaciones creen que la información filtrada podría poner presión para que el Gobierno germano ponga fin al suministro de armas a Arabia Saudí.
No obstante, el embajador saudí en Alemania, Awwad al Awwad, rechazó las acusaciones de apoyo al salafismo y apuntó que el Gobierno de Arabia Saudí no había financiado la construcción de mezquitas ni exporta a los imanes. Asimismo, agregó que la Liga Mundial Islámica concluyó sus actividades en Alemania en 2013.
Die Wahre Religion (DWR), o la Religión Verdadera, inició su actividad en 2005, extendiendo el Islam "en su forma actual y con la ayuda de los nuevos medios de comunicación", tanto en Alemania como en el Reino Unido, Francia, Bahréin y Brasil.
No obstante, según los funcionarios germanos, el objetivo principal de la DWR fue "aumentar el número de islamistas radicales en todo el país con el pretexto de predicar el Islam" mediante la difusión de la ideología del odio, respaldada por varias teorías conspirativas.
El ministro del Interior de Alemania, Thomas de Maiziere, afirmó que la prohibición de la DWR debe parar "el abuso de la religión por parte de las personas que difunden las ideologías extremistas y apoyan a las organizaciones terroristas".
Según los datos publicados por las Fuerzas de Seguridad en mayo de 2016, más de 820 yihadistas se marcharon de Alemania a Siria e Irak. Un tercio de ellos regresó, 140 murieron y 420 siguen en el extranjero.