"Podemos permitirnos permanecer en esta situación de forma indefinida, hemos aprendido a convivir con el régimen de sanciones. No sufrimos tanto como para perseguir a nadie y pedirle que levante las sanciones. En muchas esferas hemos aprovechado la situación y hemos cerrado nuestro mercado a varios productos europeos", dijo Kosachev en una entrevista para el portal ruso Life.
El 19 de diciembre, la Unión Europea tomó la decisión de prorrogar las sanciones impuestas contra Rusia hasta el 31 de julio de 2017.
"Hacer pronósticos no tiene sentido (…) Efectivamente, la situación es ridícula: los europeos se pusieron una trampa a sí mismos al relacionar el levantamiento de las sanciones con los avances en el cumplimiento de los acuerdos de Minsk, que depende de Kiev. De esta manera, la poderosa UE puede considerarse ahora rehén de Kiev", señaló.