Las reuniones a tres bandas en Moscú, al nivel de ministros de Exteriores y los de Defensa, se centrarán en los últimos acontecimientos en Siria, en particular la situación en Alepo, ciudad recientemente recuperada por las fuerzas gubernamentales.
Tanto Rusia e Irán, que apoyan a Damasco, como Turquía, que respalda a los rebeldes, están directamente implicados en el conflicto de Siria.
A finales de septiembre de 2015, Rusia lanzó una operación aérea a petición del Gobierno de Bashar Asad para frenar el avance de los yihadistas.
El jefe de las Fuerzas Armadas de Irán, Ataollah Salehi, dijo en mayo pasado que en Siria no combaten efectivos iraníes sino voluntarios, pero admitió que entre ellos hay miembros de una brigada de operaciones especiales.
A su vez, Turquía forma parte de la coalición internacional liderada por EEUU que bombardea objetivos terroristas en Siria desde septiembre de 2014, sin el consentimiento de Damasco.
Además, Turquía comenzó a finales de agosto pasado una operación propia, Escudo del Éufrates, para expulsar a los terroristas de los territorios fronterizos del norte de Siria y crear una zona de seguridad para los desplazados internos.