El motivo es que se construyó en tierras privadas de palestinos y tiene que demolerse para devolver el terreno a sus dueños legítimos.
El Gobierno de Israel intentó negociar con los colonos de Amona un traslado a una zona cercana que también es territorio palestino, pero no privado.
No obstante, los colonos rechazaron la última oferta hace dos días.
Las personas que se han instalado en Amona para dar apoyo a los colonos pretenden dificultar la evacuación de la colonia, que se prevé para principios de la semana que viene, aunque la fecha límite sea el 25 de diciembre.
En unos días han reunido montones de neumáticos para quemarlos en cuanto aparezcan las fuerzas israelíes y las excavadoras para evacuar y demoler la colonia.
Algunos hablan de arrojar piedras a los soldados y no esconden que piensan provocar incidentes en el desalojo forzoso.
La policía israelí emitió varias advertencias escritas a los numerosos activistas israelíes de extrema derecha que se están congregando en Amona para que se retiren y no entorpezcan la evacuación.