El proyecto, del que se han presentado tres versiones, recibió el apoyo de la formación de centro Kulanu, cuyo líder, Moshe Kahlon, es ministro de Finanzas.
Entre los asentamientos que se verían beneficiados por esta ley se encuentra el de Amona, que tiene que ser evacuado antes del 25 de diciembre por una orden del Tribunal Supremo porque sus viviendas están construidas en tierra palestina privada.
La primera versión del proyecto de ley se aprobó por 58 votos a favor y 50 en contra, la segunda por 57 a 52 y la tercera por 58 a 51.
Si la ley acaba prosperando, unos 15.000 colonos que viven en tierra privada palestina podrán seguir en ella a cambio de una compensación económica para sus propietarios, que no tendrán más opción de apelar a la justicia.
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El Fiscal general del Estado, Avichai Mendelblit, se mostró en contra del proyecto hace semanas y aseguró que no la defendería ante el Tribunal Supremo porque contradice la ley internacional.
El líder de la oposición israelí, Isaac Herzog, jefe de la Unión Sionista, de centro-izquierda, describió el proyecto como "la ley del horror de la Kneset" y llamó a los diputados a rechazarla.
"Hasta este momento, nunca en la historia del país la Kneset había votado en total contradicción con la ley de la tierra y la ley internacional", afirmó Herzog.
El líder del partido ultranacionalista religioso La Casa Judía, Naftali Bannett, ministro de Educación y principal responsable de que se haya impulsado el proyecto de ley, se mostró satisfecho por el resultado de la votación.
"De la misma manera que hemos triunfado en esta votación, lo haremos en el futuro, con tenacidad, fe y en cooperación con el primer ministro Benjamín Netanyahu y los otros partidos del campo nacionalista", recalcó Bennett.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 8 de octubre de 2016