"Estamos hablando de unas ciudades de más de dos millones de habitantes sin agua. No se va a solucionar a corto ni a mediano plazo porque esto es resultado de un modelo extractivista que se ha llevado adelante. La minería usa agua sin ningún control, desvía aguas y contamina las mismas en la cordillera, y también está la expansión de la frontera agrícola para la producción de soja", aseguró a Sputnik Miguel Ángel Crespo, director de la organización ambiental boliviana Probioma.
"Muchos hospitales han tenido que suspender cirugías por el tema del agua. Muchos de los hoteles que existen están precisamente en las zonas afectadas, lo que ha bajado el flujo de turistas. Los colegios han tenido que suspender las clases y adelantar las vacaciones. La población en general, de ingresos altos, medios o bajos, ha visto cambiarse totalmente sus horarios. La gente tiene que estar atenta a la llegada de los vehículos que les proveen aguas en baldes, en tachos, en lo que sea, porque no hay agua. Abres la canilla y no hay", reforzó Crespo.
A su juicio, aunque se incrementara el volumen de agua en la época de lluvia que se suele extender hasta febrero, no sería lo suficiente para abastecer el país. "Normalmente se requiere 800 litros por segundo para proveer de agua solo la ciudad de La Paz. El nivel de las represas bajó a 60 litros por segundo y ahora que ha llovido subió a 210 litros", señaló.
"Si se mantienen las lluvias no se va a llegar al tope de 800 litros, se va a llegar, exagerando, a 420. Pero después se acaba la época de lluvias. El tema es muy grave", lamentó Crespo. "Es un recurso vital. ¿Cómo es posible que no se haya previsto eso?", cuestionó.