"Nos entendemos acerca de los problemas a los que hace frente la comunidad internacional, como los antiterroristas y los problemas para preservar la integridad territorial de Siria", dijo en una rueda de prensa.
Lavrov subrayó que Moscú está dispuesta a trabajar "con todos los que tienen algún impacto sobre la situación" en Siria, incluidos los países de la región y Turquía.
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Siria vive desde 2011 un conflicto en el que el Ejército gubernamental se enfrenta a grupos armados de la oposición y organizaciones terroristas, entre ellas Daesh (autodenominado Estado Islámico) y el Frente al Nusra (actualmente, Fatah al Sham), ambas proscritas en Rusia y otros países.
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A finales de septiembre de 2015, Rusia lanzó una operación aérea a petición del Gobierno de Bashar Asad para frenar el avance de los yihadistas.
Además, Turquía comenzó a finales de agosto pasado una operación propia, Escudo del Éufrates, para expulsar a los terroristas de los territorios fronterizos del norte de Siria y crear una zona de seguridad para los desplazados internos.
En los últimos meses, los combates más intensos se desarrollaron en Alepo donde el Ejército gubernamental, tras reanudar a mediados de septiembre pasado su ofensiva contra los grupos armados, ya controla más del 98 por ciento de la ciudad.