"Hemos logrado observar cómo se refleja la luz en la atmósfera de HAT-P-7 y vimos que esta cambia constantemente. En la cara nocturna del planeta se forman nubes que son transportadas por los fuertes vientos hacia el lado diurno, donde se evaporan. La velocidad del viento cambia bruscamente, por esa razón, muchas nubes se forman y luego desaparecen. Esta es la primera muestra que tenemos de la existencia de cambios climáticos en un [planeta] gigante y gaseoso fuera del sistema solar", señaló David Armstrong, miembro del equipo investigador.
Las nubes, de acuerdo con los resultados de la investigación, están compuestas por corindón, un mineral básico en la composición de rubíes, zafiros y otras piedras preciosas.
Estas 'preciosas nubes' se forman en el borde de la cara nocturna y diurna del exoplaneta, donde las temperaturas son lo bastante bajas como para que se produzca la condensación de rubíes y zafiros a partir de la evaporación del corindón.
El planea HAT-P-7, también llamado Kepler-2b, fue uno de los primeros cuya existencia fue confirmada por el telescopio Kepler. Se trata de un planeta gaseoso gigante que orbita muy cerca de su astro. Por esta razón, en su superficie se alcanzan los 2.500 grados centígrados.