La propuesta para modificar la Constitución es uno de los pilares de la política económica del Gobierno de Michel Temer (Partido del Movimiento Democrático de Brasil) y prevé congelar los gastos públicos durante los próximos 20 años.
En cualquier caso la votación de este 13 de diciembre también es válida porque la propuesta tiene el respaldo de más de dos tercios del Senado, por lo que para que entre en vigor tan solo faltará la sanción presidencial de Temer.
La votación final no terminó todavía, ya que los senadores siguen votando algunas enmiendas al texto original, algunas de ellas implican, por ejemplo, que el salario mínimo también esté sujeto a esta regla y no pueda aumentar en los próximos años.
Representantes de partidos de la oposición, como el senador Lindbergh Farias, del Partido de los Trabajadores (PT) le acusaron de estar "rasgando la Constitución".
Además, le afearon que estuviera conduciendo este proceso después de haber sido imputado por el Tribunal Supremo Federal por un caso de corrupción.
A primera hora de la mañana de este martes Brasil registraba protestas contra la PEC 55 en al menos siete estados y para esta tarde hay previstas nuevas marchas de rechazo en grandes ciudades como São Paulo y Río de Janeiro.
Los críticos con la medida alertan de que tendrá consecuencias gravísimas en servicios públicos como la sanidad y la educación, ya que se modificará la Constitución para que el gasto público tan solo pueda crecer al mismo porcentaje que la inflación del año previo.
Además, muchos critican que el plazo de validez de la medida sea de 20 años, lo que pondría fuertes limitaciones sobre futuros presidentes.
Otros ponen en duda la legitimidad de Temer para llevar a cabo una reforma de este calado, dado que llegó al poder a través de un controvertido proceso de "impeachment" y no a través del voto directo.