Uno de los problemas que surgen en el proceso de desarrollo de nuevos dispositivos energéticos consiste en que todos estos han de soportar condiciones extremas en la zona de generación de energía. Por eso se plantean altas exigencias para los materiales que van a usarse en las zonas activas de los nuevos reactores. Bajo la influencia de altas temperaturas y radiaciones de alta energía, los materiales que existen hoy se degradan rápidamente. Los materiales más sólidos pueden soportar dosis de radiación con las que cada átomo de la sustancia se desplaza de 80 a 90 veces. En los reactores termonucleares este parámetro debe ser dos veces mayor. Es la resistencia de los materiales en la zona de generación de energía la que determina la eficacia y la seguridad del reactor nuclear.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 8 de noviembre de 2016
En sus experimentos, los especialistas utilizaron distintos métodos de influencia en las aleaciones de ferrocromo (Fe-Cr) y los aceros reforzados por dispersión de óxidos y, posteriormente, registraron los cambios de las propiedades de materiales producidos a nanoescala con el uso de la tomografía de sonda atómica.
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Según el físico, los resultados de las investigaciones pueden usarse tanto en el proceso de creación de los materiales para el ITER, como para los reactores del futuro.
"La tarea del ITER es mostrar la eficacia de la concepción del reactor termonuclear. En esta etapa son muchas las exigencias hacia los materiales, pero el reactor termonuclear de siguiente generación planteará condiciones aún más extremas para el desarrollo de materiales absolutamente nuevos, incluidos los que estamos investigando hoy", explicó el experto.