El organismo internacional calcula en 679.044 los paraguayos que viven en territorio argentino. Son el 32% de los 2.086.302 extranjeros que habitan en el país austral. Esto posiciona a los ciudadanos de la nación guaraní por encima de Bolivia, el segundo país con más inmigrantes en Argentina, con 419.048 ciudadanos.
"Los paraguayos estamos bien considerados en todos los sentidos. Si bien hay algunos que quieren decir que somos discriminados, para mí son palabras muy al voleo. No es cierto, porque los argentinos nos reciben y no preguntan de dónde venimos", dijo a Sputnik Isidro Méndez Chávez, presidente de la Casa Paraguaya en Buenos Aires.
"No preguntan si tenemos documentos. No nos niegan ocupar una cama de hospital o la salud. Siempre nos han atendido bien", agregó el referente de la colectividad paraguaya. Méndez también precisó que Argentina ofreció a los inmigrantes del país guaraní "la posibilidad tal vez no encontrada" allí de "trabajar, tener familia, la oportunidad para ser comerciantes o ser dueño de alguna pequeña o mediana empresa".
"El chipá ha abarcado prácticamente todo el mercado y toda la comunidad. Se vende en cualquier lado y es una comida que le gusta a la gente", comentó Méndez.
La permisividad de la política migratoria argentina es centro de polémicas en ese país. En noviembre, el diputado Miguel Ángel Pichetto expresó en un programa televisivo que Argentina debía dejar de recibir "inmigrantes pobres" que en su opinión saturaban el sistema de salud y educación pública. En ese mes también se supo que el Gobierno preparaba un decreto para establecer controles más estrictos a quienes ingresen al país.
"Que el gobierno vaya a ser duro con la situación migratoria no quiere decir que estén discriminando. Tiene que haber orden, hay mucha gente que no tiene documentos", dijo Méndez.
El paraguayo exhortó a sus connacionales a "sacrificarse por el lado derecho" y dijo que "si vienen a buscar mejoría, que lo hagan dignamente". Apuntó a la necesidad de erradicar las ocupaciones ilegales de propiedades, y eliminar las conexiones ilegales de electricidad y otros servicios en las ‘villas miseria' —asentamientos con viviendas precarias- donde viven muchos paraguayos.