"El proyecto beneficia a todos sus participantes, incluido a las compañías finlandesas que, si se toman estas decisiones, participarán en la creación de la infraestructura", dijo tras negociar con su homólogo finlandés.
El primer ministro ruso recordó que la iniciativa del proyecto partió de las empresas europeas y aseguró que Moscú lo llevará a cabo acorde a las normas del derecho internacional, así como los estándares ecológicos.
"En realidad consideramos este proyecto muy importante y grande, aunque al mismo tiempo, un proyecto absolutamente comercial que tiene una gran importancia para aumentar la seguridad de los suministros de gas a Europa", indicó.
El proyecto Nord Stream 2 prevé construir dos tuberías de gas con una capacidad total de 55.000 millones de metros cúbicos anuales que se extenderán por el fondo del mar Báltico desde la costa rusa hasta Alemania; su trazado sería paralelo al del primer gasoducto Nord Stream inaugurado en 2011.
Alemania dio su visto bueno, pero Polonia expresó objeciones a finales de julio pasado, entonces los socios anunciaron su decisión de retirar esta notificación.
Inicialmente se preveía que dichas empresas extranjeras serían accionistas (con el 10 por ciento cada una) de la compañía Nord Stream 2, que a la fecha es propiedad del 100 % de Gazprom.
La estructura final del proyecto todavía queda por determinar.